Ofrecemos métodos que son bastante efectivos y que no dañan las ollas ni las manos, sin el uso de productos químicos domésticos, "secretos" complicados, sin fricción intensa y sin "ebullición" prolongada de la sartén dañada.
Para este método son adecuadas las cacerolas esmaltadas y de acero inoxidable.
Espolvoree generosamente el fondo negro de la sartén con soda, frote, agregue una pequeña cantidad de agua hasta cubrir la capa y déjela durante 10 a 15 minutos. El álcali funciona bien y "descompone" los productos de combustión.
Vuelve a frotarla bien mucho más fuerte y enjuaga con agua limpia, la sartén quedará como nueva. Unta una pizca de bicarbonato de sodio en el fondo de la cacerola por segunda vez, frótala y volverá a su blancura original.
Un método mejorado para las manchas más rebeldes.
Si el fondo está muy quemado o simplemente negro, no se puede frotar, sino hervirlo con soda.
Coloque 1 cucharadita de bicarbonato de sodio en el fondo del recipiente y frótelo. Luego agregue agua y hierva durante 2-4 minutos. Puedes añadir un poco más de refresco y, si no tienes prisa, dejarlo reposar un rato.
Segundo método: sal de mesa
La sal de roca gruesa funciona igual que el bicarbonato de sodio, pero no está yodada. Vierta, frote y espere.
La contaminación grave se puede hervir en una solución salina. Este método no funciona con utensilios de cocina muy sucios porque pueden rayar las paredes. Por tanto, los refrescos son el mejor remedio.