El debate sobre qué sartén es mejor probablemente nunca terminará.
Así, mientras algunas amas de casa han pasado al teflón y a la cerámica modernos, otras siguen siendo fieles a los productos de hierro fundido.
Las sartenes de hierro fundido son famosas por su versatilidad, porque en ellas se puede cocinar literalmente de todo: desde jugosos filetes hasta tiernos panqueques.
Pero no todo el mundo sabe cómo cuidar adecuadamente estos platos.
Debido a la falta de un revestimiento antiadherente, el hierro fundido puede comenzar a oxidarse con el tiempo. El proceso de oxidación se desarrolla más rápido si se utilizan utensilios de cocina para preparar alimentos ácidos (tomates, etc.).
Como resultado, los platos preparados con este tipo de sartén tendrán un sabor “metálico” desagradable.
Para evitar la oxidación, se recomienda secar bien la sartén con una toalla después de cada lavado.
La opción ideal es secarlo a fuego medio durante 3-5 minutos. Sólo después de esto se podrá guardar para su almacenamiento.
Las amas de casa que dejan la comida guardada en una sartén de hierro fundido también cometen un error.
Esto podría provocar que residuos de alimentos dañen el material. Es mejor transferirlos a otro recipiente.
Y por último, la creencia de que se puede cocinar en una sartén de hierro fundido sin aceite es otro mito.
Si no utilizas grasa, ya sea animal o vegetal, lo más probable es que la comida se queme y tendrás que trabajar duro para que la sartén vuelva a estar en buenas condiciones.