Cualquier ama de casa sabe lo rápido que se echan a perder las verduras de hojas verdes.
No importa a qué trucos recurras a la hora de guardar lechugas o espinacas, basta con pasar unos días en el frigorífico para que se aletarguen y en algunos lugares aparezcan zonas podridas.
Afortunadamente, la experta de la publicación BelNovosti, la cocinera Yulia Arkhipova, tuvo consejos sobre este tema.
Ella aconseja enviar estas verduras para guardarlas en bolsas herméticas equipadas con cierre de cremallera.
Pero una bolsa ziplock no es suficiente.
Las verduras de hojas verdes tienen una textura muy delicada; esta es, de hecho, la razón del rápido desarrollo de los procesos de descomposición.
Como resultado de cualquier contacto con la humedad, las hojas de las plantas comienzan a pudrirse.
Por cierto, es por eso que debes lavar las hojas justo antes de comerlas y no antes de guardarlas.
Pero ¿qué pasa con la condensación, que se forma incluso en una bolsa de plástico bien cerrada?
Hay una salida a esta situación: seguir almacenando verduras en bolsas zip, pero no solas, sino junto con toallas de papel.
Para mantener las plantas frescas y crujientes durante toda la semana, cubra las hojas con papel de seda.
Lo principal es no empaquetar las verduras de hojas verdes en bolsas demasiado apretadas para proporcionar flujo de aire a las plantas.