Si bebes café a menudo, habrás notado que a veces el contenido de tu taza adquiere un sabor amargo desagradable.
Si has preparado una variedad que tiene una ligera acidez, esto es, por supuesto, normal.
Varios fabricantes enriquecen específicamente el café con un sabor afrutado y ácido.
Esta bebida tiene demanda entre un determinado círculo de conocedores.
Una ligera acidez la podemos encontrar en varias variedades que nos llegan desde Honduras, Ruanda, Etiopía y Kenia.
Pero si no se esperaba la presencia de un sabor amargo, entonces la razón debe buscarse en errores cometidos por ignorancia.
Entonces, es muy posible que hayas añadido demasiada agua al preparar café.
Si hay más líquido del necesario, los sabores no se liberarán correctamente del café en polvo.
Por supuesto, hay una salida y consiste en mantener las proporciones correctas.
Además, puede aparecer un sabor inusual del café como resultado de un almacenamiento inadecuado del producto.
Los errores pueden provocar la fermentación y oxidación del producto seco, en cuyo caso no debería sorprenderle el sabor amargo.
Finalmente, un problema similar puede ocurrir si al preparar café se utilizan granos viejos o de mala calidad.