Si compras una bolsa grande de patatas fritas pero no logras terminar ni la mitad, puedes llevarte una sorpresa desagradable al día siguiente.
Muy a menudo, durante el almacenamiento, el producto pierde su característico crujido.
Esto sucede porque los chips absorben la humedad del aire. Para evitar devanarse los sesos pensando qué hacer con un producto que ha perdido el sabor, guarde las patatas fritas en bolsas selladas.
¿Pero qué pasa si no sabías sobre medidas preventivas y lo peor ya sucedió?
En este caso, vale la pena utilizar un microondas.
Pasar las patatas a un plato y calentar a 800 vatios durante 30 segundos.
Si no tienes este tipo de equipo en casa, puedes calentar las patatas en el horno. Lo principal es encender el horno con antelación para que se caliente a una temperatura de 180 grados.
Después de esto, puedes colocar las patatas fritas de forma segura en la bandeja para hornear y mantenerlas dentro durante unos 3 minutos.
El snack quedará súper crujiente si lo guardas en una freidora. Es cierto que también saldrá más grasoso debido al aceite absorbido.
Por cierto, el truco del microondas y el horno se puede realizar con éxito con galletas y palomitas de maíz. Lamentablemente, la freidora está contraindicada para ellos.
Si las patatas fritas se han vuelto tan blandas que ya no se pueden guardar, no es necesario tirarlas.
Haz migas con ellas para picar y úsalas como empanizado para tus platos.
