La principal diferencia entre calabacines y calabacines es que tienen pulpa tierna, piel fina y semillas pequeñas, casi invisibles.
La experta de la publicación online BelNovosti, la cocinera Yulia Arkhipova, explicó cómo preparar adecuadamente estas verduras.
Para empezar, el calabacín rara vez se come crudo: debido a que su pulpa es densa y fibrosa, requiere tratamiento térmico.
Pero el calabacín, con su piel fina y su centro tierno y crujiente, suele comerse fresco.
Si quieres asar verduras, es mejor elegir calabacines.
Contienen menos humedad, lo que les ayuda a mantener una textura crujiente durante la fritura.
Debido a su densidad, estas verduras pueden servir como alternativa dietética a la pasta, que contiene toneladas de carbohidratos, o como base para lasaña.
Pero llega el momento de los calabacines cuando los planes incluyen preparar guisos, aperitivos y tortitas. Absorben fácilmente el aroma de diversas especias y hierbas.
Es mejor no poner calabacines a la parrilla; lo más probable es que se conviertan en puré.
Si una receta requiere calabacines y solo tienes calabacines, puedes usarlos; simplemente elige frutas tiernas con piel fina. Si las verduras están más maduras, pélalas y aumenta unos minutos el tiempo de cocción.