El ajo seco sienta muy bien en borscht, sopas, guisos y guisos.
Además, esta especia solo enfatiza el sabor de los platos de carne y puede usarse como un complemento sabroso para la carne picada.
En lugar de enumerar todas las opciones para utilizar ajo seco en la cocina (y créanme, hay muchas), te invitamos a descubrir cómo puedes preparar esta especia con tus propias manos.
Para ello, pela los ajos, lava los dientes y córtalos en rodajas finas.
Coloca las piezas resultantes en una secadora eléctrica, donde estarán unas 7-8 horas.
Comprenderás que el ajo está listo para una mayor "manipulación" cuando veas que las placas han adquirido un tinte cremoso y se vuelven quebradizas.
Después de esto, todo lo que tienes que hacer es triturar la verdura seca y verter el polvo resultante en un frasco con tapa hermética.
De 3 kg de ajo fresco se deben obtener aproximadamente 500 g de un condimento natural y muy aromático.
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