La gelatina preparada en su forma original resulta verdaderamente hermosa y festiva, pero el problema es que no siempre es posible retirar el plato "sin pérdidas".
Para no tener que sufrir más tarde al sacar la gelatina del molde, antes de verterla lubríquela con aceite vegetal inodoro.
Si te olvidaste de este truco, ármate de agua y un plato extra y procede de la siguiente manera.
Asegúrate de que el plato sea lo suficientemente ancho como para caber en el molde de gelatina.
Calienta el agua a 50 grados, llena un plato (más bien un recipiente hondo) con ella y coloca el molde de gelatina en el agua caliente durante unos segundos.
Tenga cuidado de que no entre agua en la gelatina.
Sumerge el molde solo hasta la mitad en el agua para que el calor derrita la gelatina desde abajo, donde la “adherencia” al molde es más poderosa.
Cuando la gelatina comience a descongelarse, invierte con cuidado el molde y sacude la gelatina en un plato. Si la gelatina no sale del molde, presione ligeramente los bordes del molde con los dedos para ayudar a que el plato se “suelte”.
Anteriormente hablamos de cómo cocinar puré de patatas en la mitad de tiempo.