Probablemente hayas notado lo grandes, rojas y hermosas que son las manzanas en los estantes de las tiendas modernas.
Sin embargo, no se debe suponer que tal atractivo lo otorga la naturaleza a las frutas.
Para que el producto encuentre un comprador lo más rápido posible, tanto los minoristas como las cadenas de supermercados utilizan la cera.
Gracias a la fina capa de cera, las manzanas brillan y relucen maravillosamente, haciendo que quieras probarlas lo antes posible.
Es por eso que el lavado normal de frutas con agua corriente no hará que la fruta sea apta para el consumo.
Para deshacerse de la cera, una gran cantidad de la cual es poco probable que tenga algo que ver con algún beneficio para el cuerpo humano, debe quitar la cera con agua caliente.
Para mayor comodidad, transfiera las manzanas a un colador, que debe colocarse en un recipiente y llenarse con agua caliente.
No te alarmes si ves una capa blanquecina, se trata de la misma sustancia protectora, cuyos restos hay que retirar con una esponja o paño.