Parecería que cuando hay stock de cereales, harina y otros víveres se puede exhalar, pero no fue así.
No es tan raro que las amas de casa ahorrativas se den cuenta de que hay polillas entre el arroz y el trigo sarraceno.
En este caso, ni siquiera debería intentar revivir la harina o los cereales; no importa cómo los trate con calor o los tamice, no serán aptos para la alimentación.
Sería mucho más prudente tomar medidas preventivas para evitar pérdidas.
Todos los cereales y harinas de hasta 2 kg de volumen aproximadamente deben almacenarse en recipientes de vidrio o cerámica o, alternativamente, en bolsas de papel para alimentos.
Además, en todos los tarros o bolsas conviene poner una hoja de nuez.
Cuando se acabe uno u otro producto, puede agregar de manera segura la siguiente porción sin cambiar la hoja; le servirá fielmente durante todo un año.
Por cierto, este mismo “talismán” también conviene utilizarlo para vencer las polillas que han aparecido en el armario. Si vives en una zona donde no crecen nueces, intenta comprarlas en una farmacia.