No todas las amas de casa saben que a partir de un producto de desecho como las cáscaras de patata, que difícilmente se puede llamar producto, se puede obtener almidón real.
Para ello, las cáscaras de patata restantes después de pelarlas se deben picar finamente y pasar por un exprimidor.
Otra opción es molerlo con un rallador fino, pero este proceso difícilmente puede considerarse rápido y sencillo.
La masa resultante se debe verter con agua fría y mezclar bien.
Forrar un colador con una gasa doblada en 3-4 capas y colar el líquido de la patata.
No se apresure a tirar la pulpa que queda en la gasa; en lugar de eso, enjuáguela con una pequeña cantidad de agua y vierta el líquido en el mismo recipiente debajo del colador.
Después de unas horas, el almidón se hundirá hasta el fondo; luego podrá drenar el agua sucia y los pequeños restos que hayan flotado hacia la superficie.
Vierta agua limpia sobre el almidón nuevamente, revuelva y espere otras 3-4 horas; esto deberá hacerse varias veces más hasta que el exceso de motas deje de flotar.
Secar el almidón en bandejas o bandejas para horno, extendiéndolo en una capa fina y dejándolo en un lugar cálido y sin la más mínima bocanada de aire. No olvides revolver el almidón tan pronto como se seque la capa superior.