El frío, del que ningún invierno puede prescindir, es una dura prueba para quienes se ven obligados a estar a menudo al aire libre.
Mantener los pies calientes es especialmente difícil si no quieres cambiar tus zapatillas favoritas u otro calzado liviano por botas gruesas de invierno.
Pero existe una forma sencilla de afrontar las heladas, incluso si las temperaturas exteriores son extremadamente bajas. Todo lo que necesitas para implementarlo es refresco.
Cómo usar bicarbonato de sodio
Para mantener los pies calientes, pruebe las siguientes instrucciones.
Mida una pequeña cantidad de bicarbonato de sodio (una cucharada es suficiente) y vierta el producto en calcetines finos de algodón. Alternativamente, puedes hacer pequeñas bolsitas de algodón y llenarlas también con bicarbonato de sodio.
Se deben colocar calcetines o bolsas caseras dentro de los zapatos y dejarlos allí durante la noche.
Durante este tiempo, absorberá el exceso de humedad y al mismo tiempo eliminará el olor desagradable. Como resultado, los zapatos estarán listos para los próximos días fríos.
Hay otra forma de mantenerte abrigado cuando hace frío: cuando estés a punto de salir de casa, ponte calcetines con bicarbonato de sodio en el interior.
Gracias a este sencillo truco, tus pies permanecerán secos y calientes, incluso si el termómetro fuera de la ventana baja de los -30 grados.
Beneficios de los refrescos
Además de prevenir la hipotermia en los pies, el bicarbonato de sodio también combate otros problemas típicos del invierno. Por ejemplo, elimina los olores y mantiene los pies frescos.
Además, el bicarbonato de sodio evita que se acumule humedad en los zapatos. Esto significa que con dicha protección las botas te durarán más.