El dolor de garganta es un síntoma común de los resfriados que casi todas las personas experimentan.
Una nutrición adecuada juega un papel clave en el proceso de curación, por lo que es importante saber qué alimentos pueden agravar la afección.
Alimentos picantes y salados
Cualquier condimento, especia y salsa picante puede irritar el dolor de garganta y aumentar el dolor.
Los alimentos salados retienen líquidos en el cuerpo y pueden aumentar la hinchazón de la garganta.
Debes evitar temporalmente los pepinos encurtidos, el chucrut, las nueces saladas y las patatas fritas.
Frutas ácidas y cítricos.
A pesar de su alto contenido de vitamina C, comer frutas cítricas para el dolor de garganta puede hacer más daño que bien.
El ácido irrita la membrana mucosa y ralentiza el proceso de curación. Es mejor sustituir los limones, naranjas y pomelos por plátanos o manzanas asadas.
Alimentos secos y sólidos.
Los bizcochos, las galletas, las nueces y las frutas secas tienen una textura dura y bordes afilados que pueden provocar dolor de garganta.
El consumo de dichos productos genera malestar adicional y puede retrasar la recuperación.
bebidas carbonatadas
La soda irrita la membrana mucosa de la garganta y el azúcar que contiene favorece la proliferación de bacterias patógenas.
Las burbujas de dióxido de carbono pueden causar molestias y aumentar el dolor.
productos lácteos
La leche entera y los productos lácteos enteros aumentan la producción de moco, lo que dificulta la respiración y la deglución.
Comer estos alimentos puede aumentar la congestión nasal y crear un ambiente favorable para el crecimiento de bacterias.
Platos fritos y ahumados
Los alimentos preparados friendo o ahumando contienen compuestos nocivos que pueden aumentar la inflamación.
Los alimentos grasos tardan más en digerirse y agotan la energía que el cuerpo necesita para combatir las infecciones.
bebidas alcoholicas
El alcohol tiene un efecto irritante sobre la membrana mucosa de la garganta y puede ralentizar significativamente el proceso de curación.
Las bebidas alcohólicas provocan deshidratación del cuerpo, lo cual es extremadamente indeseable durante los procesos inflamatorios.
Alimentos y bebidas frías.
Comer alimentos y bebidas fríos puede aumentar la inflamación y provocar espasmos en la garganta.
Los helados, zumos refrigerados y otros alimentos refrigerados sólo deben consumirse una vez que hayan alcanzado la temperatura ambiente.