Dato curioso: estornudar es una reacción defensiva.
Gracias a esta acción, nuestro organismo queda limpio de irritantes (polvo, alérgenos, etc.) que se han depositado en la mucosa nasal.
Como resultado, partículas extrañas vuelan al espacio circundante y se depositan en los objetos que se encuentran aquí, incluidas las membranas mucosas. Los párpados no son una excepción.
Por tanto, para que la lucha contra los patógenos tenga resultados y no sea inútil, el cerebro “ordena” a los ojos que se cierren y así eliminar todas las posibles “entradas” de irritantes.
Sin embargo, existe otra teoría según la cual la razón por la que una persona cierra los ojos al estornudar son las contracciones musculares.
Dado que toda la cara se tensa durante el proceso de estornudo, los músculos de los ojos no pueden quedar sin uso.
Surge la pregunta: ¿es posible estornudar manteniendo los ojos abiertos?
Contrariamente a la creencia popular, la respuesta es sí. Pero si se fija el objetivo de no cerrar los ojos al estornudar, recuerde que pueden entrar irritantes en los ojos y también existe la posibilidad de sufrir una subluxación del globo ocular; esto a veces sucede con un estornudo muy fuerte.
