A menudo, la gente, al ver una manzana un poco estropeada, todavía se da un festín con ella. Es una lástima, dicen, tirarlo.
Pero si un tercio de la superficie de la fruta está dañada, los expertos recomiendan encarecidamente no comerla.
Es mejor renunciar por completo a la manzana, aunque esté ligeramente dañada.
Los expertos explican: cuando el fruto se pudre aparecen micotoxinas, que también pueden aparecer en su parte sana, sin identificarse con ningún olor o color desagradable.
Estas sustancias pueden provocar una intoxicación crónica, con graves consecuencias para la salud, incluida la oncología (cáncer de hígado y riñón).
Los expertos prestan especial atención al hecho de que las micotoxinas no desaparecen durante el tratamiento térmico.
Por este motivo, se recomienda no utilizar manzanas en mal estado para compota o pastel.