Los aromas siguen a una persona a todas partes. Algunos de ellos son muy agradables y otros desagradables.
Por tanto, es el perfume el que ayuda a crear la imagen deseada y a dar una buena impresión a los demás. Antes de elegir una fragancia, bajo ningún concepto debes utilizar otros perfumes.
El olor será mezclado y no podrás oler todas las notas. La habitación también debe estar libre de olores.
Además, para una percepción correcta, es necesario estar en un estado de calma y en ningún caso de excitación.
Cuando se cumplan todas las reglas básicas, puede proceder directamente a la elección. Durante una visita a la tienda podrá familiarizarse con un máximo de tres aromas.
De lo contrario, la impresión de un olor tangible puede ser engañosa. Entre “conocimiento” de diferentes aromas, conviene inhalar un poco el aroma de los granos de café.
Durante el proceso de selección, es necesario aplicar perfume en una tira de papel. Y cuando encuentre el aroma deseado, puede, para mayor confianza, dejar caer unas gotas en su muñeca.
En los primeros segundos, solo se puede sentir el aroma superior, por así decirlo, solo aquellas notas que están en la superficie. Puede que este olor no sea cierto.
El verdadero olor se revela más tarde, cuando comienza el proceso de interacción del perfume con la piel. Y sólo después de una hora se revelan todas las facetas del aroma en cuestión.
Es este olor el que acompañará a una persona durante todo el día.
Por tanto, conviene evitar las prisas a la hora de elegir el perfume. El aroma elegido debe hacerte sentir cómodo e infundir confianza.
Los perfumes pueden decir mucho sobre una persona, por lo que con su ayuda podrás conquistar a los demás con su sofisticación y refinamiento de gusto.