En invierno, muchas personas se enfrentan al problema de la piel de las manos seca y agrietada. La situación sólo se ve agravada por la necesidad de lavarse las manos con frecuencia o trabajar con productos químicos.
Si quieres hidratar y restaurar tu piel, devolverle su suavidad y tersura, utiliza mascarillas que puedes preparar fácilmente en casa.
Con glicerina y producto lácteo fermentado.
Para esta mascarilla necesitarás mezclar 0,5 cucharaditas de glicerina, 10 g de miel y 40 g de cualquier producto lácteo fermentado; puede ser kéfir, crema agria o incluso requesón.
La mezcla debe extenderse sobre las manos en una capa gruesa y luego ponerse guantes para potenciar el efecto.
Espere 40-50 minutos, tras lo cual comprobará por sí mismo que la piel ha vuelto a estar suave y aterciopelada. Después de una mascarilla con glicerina y un producto lácteo fermentado, tus manos quedan hidratadas durante mucho tiempo.
Con glicerina y miel
1 cucharada de harina integral, 1 cucharada de miel, 1 cucharada de glicerina y agua.
Mezcle 1 cucharada de harina integral, miel y glicerina, luego agregue gradualmente agua hasta obtener una consistencia pastosa.
Aplica generosamente la mezcla en tus manos y espera de 15 a 20 minutos. Si es necesario, se puede aumentar el tiempo de exposición de la mascarilla.
Esta mascarilla hidrata profundamente la piel, tras lo cual te olvidarás de la sequedad y las grietas. Además, ayuda a mejorar la circulación sanguínea en la piel.
Con glicerina y patatas
Es necesario hervir 1-2 patatas, luego molerlas hasta hacer puré y mezclar con 10 g de glicerina. Si la mascarilla resulta demasiado seca, dilúyala con una pequeña cantidad de agua.
Debe mantener la mascarilla en sus manos durante 20 a 30 minutos y, para obtener mejores resultados, puede envolverlas en un paño tibio o usar guantes.
La glicerina y las patatas de la mascarilla hidratan perfectamente la piel y dejan las manos suaves y tiernas. La mascarilla será especialmente eficaz si realizas este procedimiento varias veces a la semana.