Durante la limpieza facial, el contenido sobrante y contaminado de los poros de la piel se elimina junto con la capa superior de células, como resultado de lo cual la piel se vuelve más suave y aterciopelada, la inflamación desaparece y el maquillaje se adhiere mejor.
Importante: si quieres evitar consecuencias no deseadas, consulta con un dermatólogo antes de la limpieza.
Lávate la cara
Quítate el maquillaje de la cara y luego lávate con agua tibia y un exfoliante. Aplica el producto en tu rostro y masajea un poco.
Abre tus poros
Hierve una olla con agua, echa en ella aceite esencial (puedes agregar manzanilla o menta en su interior) e inclínate sobre el recipiente para que el vapor caliente pero no te queme la cara. Échate una toalla sobre la cabeza y permanece en esta posición durante unos 7-10 minutos para abrir los poros y suavizar su contenido.
Destapa tus poros
Para limpiar los poros, necesitarás una cuchara Uno o un bucle eliminador de comedones. Las herramientas, al igual que las manos, deben desinfectarse con clorhexidina.
Coloque la herramienta de modo que el poro quede exactamente en el centro del agujero. Mueva con cuidado la cuchara, exprimiendo el contenido del poro. No aplique demasiada fuerza para evitar dañar la piel.
También puede utilizar las manos: en este caso, debe presionar suavemente con las yemas de los dedos (preferiblemente a través de una servilleta esterilizada) la piel de ambos lados del comedón. Si el tapón sebáceo no se mueve, pasa a otro poro.
Limpia otros poros obstruidos de la misma forma. Si hay muchos puntos negros, es mejor eliminarlos gradualmente, a intervalos de varias semanas.
Cierra tus poros
Límpiate la cara con clorhexidina o un tónico que contenga alcohol y que tenga el efecto de estrechar los poros. Una mascarilla para cerrar los poros (alginato o arcilla) será beneficiosa.
Finalmente, aplica crema hidratante en tu rostro.