Muchos amantes del té siempre añaden una rodaja de limón a su bebida.
Y eso es correcto. En primer lugar, gracias a este aditivo, la bebida adquiere un sabor muy brillante y agradable.
En segundo lugar, la bebida se vuelve mucho más útil.
Entonces, gracias al jugo de limón, aumenta la actividad antioxidante del té.
Pero al añadir un trozo de cítrico a una bebida, muchas personas cometen un grave error.
Como resultado, la bebida no adquiere nuevas propiedades beneficiosas. En otras palabras, el aditivo de limón deja de tener sentido a la hora de convertir el té en una bebida más saludable.
Cómo no agregar limón al té
Mucha gente hace esto demasiado pronto: echan una rodaja de limón en el té inmediatamente después de que comienza a prepararse.
Esto es muy malo: una temperatura demasiado alta despoja al jugo de limón de sus antioxidantes.
Para evitar que esto suceda, espere hasta que el té esté un poco menos caliente.
La temperatura máxima permitida de una bebida en la que se puede colocar un trozo de cítricos es de 70 grados.
Si se cumple esta condición, el té con limón será lo más beneficioso posible.