Es posible que hayas notado que una herida en etapa de curación pica mucho, provocando en ocasiones un picor insoportable.
Resulta que varias razones explican este fenómeno.
En primer lugar, la culpa es de la hormona histamina: se libera cuando el cuerpo siente el peligro de la invasión de alérgenos, toxinas y otros, digamos, "problemas".
La histamina, a su vez, obliga a las células del sistema inmunológico a trabajar, proporcionando las condiciones óptimas para su funcionamiento y previniendo la propagación de infecciones en el cuerpo.
Estos procesos van acompañados de la aparición de edema y ralentización del flujo sanguíneo.
Lo curioso es que la histamina en sí misma es un alérgeno.
Puede desencadenar asma (inflamación de las vías respiratorias).
Pero no nos detengamos demasiado en la histamina: la segunda causa de picazón puede ser una reacción alérgica.
Finalmente, el último factor que provoca picazón en una herida en cicatrización es el proceso de regeneración de los nervios dañados.
A medida que el tejido crece para reemplazar el perdido, constantemente se irritan nuevos nervios, lo que el cerebro percibe como picazón.
Anteriormente te contamos cómo aprender a despertar descansado.