Entre los gestos que unen a la mayoría de las personas, en las primeras posiciones está sin duda el que todo el mundo ha hecho al menos una vez en la vida: morderse las uñas.
En la mayoría de los casos, esto no es sólo un “hobby”, sino un método real que puede ayudar en momentos de mayor estrés.
El gesto de llevarse las manos a la boca favorece la relajación y ayuda a sentirse menos incómodo.
Sin embargo, lamentablemente, este simple gesto se vuelve incontrolable con el tiempo y se realiza sin conciencia, convirtiéndose en un verdadero acto de costumbre.
Por supuesto, este es sólo uno de los muchos vicios que puedes adoptar para intentar relajarte, pero en cuanto te des cuenta de que la situación está empeorando, debes corregir la situación.
Si esto ya se ha convertido en un hábito, pero sigue siendo una acción esporádica, entonces puedes estar tranquilo. Y si la situación se intensifica y se convierte en una manía real, esto puede significar que se trata de un TOC (trastorno obsesivo-compulsivo) de intensidad leve, pero que aún debe mantenerse bajo control.
En la mayoría de los casos, esto ocurre a una edad temprana y desaparece con los años.
Sin embargo, se debe prestar especial atención a este hábito no sólo en relación a casos de trastorno obsesivo-compulsivo, sino también a algunas enfermedades e inflamaciones que pueden surgir por esta práctica.
Cuando te muerdes las uñas, introduces bacterias, microorganismos, gérmenes y suciedad en la boca, lo que a la larga puede provocar infecciones, inflamaciones, etc. Por eso es recomendable evitar este gesto intentando mantener las manos alejadas de la boca.