A medida que las personas envejecen, la piel de las personas mayores sufre cambios significativos. Se vuelve más seco, más fino, arrugado y pigmentado de manera desigual, especialmente en las zonas expuestas.
Los procesos metabólicos en la piel se ralentizan, lo que conduce a una alteración de la termorregulación, atrofia de las glándulas sebáceas y sudoríparas.
El sistema inmunológico de las personas mayores se debilita, lo que reduce su capacidad para reconocer virus y bacterias y combatir las células cancerosas.
Lyudmila Artyushkevich, oncóloga de categoría 1 del Centro Médico HappyDerm, señala que los cambios relacionados con la edad pueden provocar la aparición de dermatosis (enfermedades de la piel) y tumores de la piel.
Además, las personas mayores suelen padecer varias enfermedades crónicas, entre las que pueden incluirse enfermedades de la piel.
El dermatólogo suele ser el especialista al que acuden los pacientes cuando tienen quejas sobre el estado de su piel. Su tarea es identificar posibles otras enfermedades (no relacionadas con la piel).
Enfermedades de la piel
Las enfermedades de la piel (dermatosis) son más comunes en las personas mayores que en las más jóvenes. Esto puede ser xerosis (piel seca), enfermedades fúngicas de la piel y las uñas, infecciones bacterianas y parasitarias, cambios tróficos y úlceras, erupciones cutáneas medicamentosas y dermatosis ampollosas.
Una de las quejas más comunes es la picazón, que a menudo es causada por piel seca y adelgazada y se agrava con el aire seco, el lavado frecuente o la aplicación de irritantes en la piel.
La picazón también puede estar asociada con enfermedades de los órganos internos, una infección parasitaria o la ingesta de una gran cantidad de medicamentos.
El cuidado de la piel de los adultos mayores es muy importante. Se recomienda tomar una ducha fría o tibia durante no más de 1-2 minutos con un uso mínimo de jabón.
Además, se debe evitar la exposición prolongada al sol y utilizar protectores solares con un alto nivel de protección UV. Llevar una dieta rica en antioxidantes y vitaminas como la vitamina A, C y E también es importante para ayudar a mantener la piel sana.
Si una persona mayor experimenta algún cambio en la piel o se queja de picazón u otras sensaciones desagradables, se recomienda consultar inmediatamente a un dermatólogo para diagnóstico y tratamiento.
Esto es especialmente importante si padece otras enfermedades crónicas o está tomando medicamentos que puedan afectar su piel. El contacto temprano con un especialista puede ayudar a prevenir el desarrollo de complicaciones graves.
Formación de piel
El cáncer de piel es una enfermedad que suele afectar a personas de edad avanzada. Más de la mitad de los casos se diagnostican en personas mayores de 65 años.
Sin embargo, las lesiones benignas como las queratosis seborreicas, las verrugas y los papilomas también son frecuentes en las personas mayores.
Aunque no representan una amenaza grave, aún pueden causar molestias.
También existen una serie de formaciones potencialmente peligrosas, como la enfermedad de Bowen, los queratomas seniles, los cuernos cutáneos, los queratoacantomas, las queratosis actínicas y las cicatrices, que con el tiempo pueden convertirse en cáncer.
El carcinoma de células basales, el carcinoma de células escamosas y el melanoma son los tipos más comunes de tumores cutáneos malignos. El melanoma se considera el más peligroso.
Los tumores de piel se pueden detectar fácilmente mediante un examen. El tratamiento del cáncer de piel puede ser eficaz a cualquier edad si la enfermedad se diagnostica a tiempo. Cuanto antes se detecte el cáncer de piel, más fácil será tratarlo.
Las personas mayores que padecen enfermedades crónicas deben someterse a exámenes médicos periódicos y estar bajo la supervisión de médicos. Es importante consultar a un médico incluso con síntomas "menores" para recibir ayuda oportuna.