El nevo displásico, también conocido como nevo atípico, es un tipo de lunar. Su característica distintiva es un mayor riesgo de desarrollar melanoma.
Se cree que las mutaciones genéticas hereditarias y el exceso de radiación solar pueden provocar la aparición de nevos atípicos. Por lo general, el nevo displásico se diagnostica a una edad temprana y madura y puede ubicarse en cualquier parte del cuerpo, pero con mayor frecuencia en la piel del torso.
La mayoría de los nevos atípicos tienen una o más características ABCDE, que incluyen asimetría en la forma, bordes irregulares, coloración desigual y dimensiones superiores a 0,6 cm.
Sin embargo, Lyudmila Artyushkevich, oncóloga de categoría 1 del Centro Médico HappyDerm, señala que el mayor peligro lo representa el nevo displásico progresivo, que se caracteriza por cambios en el nevo en un corto período de tiempo (1-2 años).
Los nevos atípicos pueden ser:
- soltero:
- múltiple.
En el síndrome de nevo displásico, una persona y sus parientes cercanos (parientes consanguíneos) pueden experimentar múltiples apariciones de nevos displásicos (más de 50) y casos de melanoma. El riesgo de desarrollar melanoma en estos pacientes aumenta 25 veces.
Al diagnosticar nevos displásicos, un paso importante es el examen visual y la dermatoscopia. Si se detecta un lunar atípico, la extirpación quirúrgica seguida de un examen histológico permite realizar un diagnóstico final.
Sin embargo, no todos los lunares que parecen displásicos lo son en realidad. El nevo displásico progresivo y el melanoma temprano pueden tener manifestaciones clínicas similares, por lo que para un diagnóstico preciso es necesaria la consulta con un morfólogo experimentado.
Para los nevos atípicos, las tácticas pueden variar desde la observación dinámica hasta la eliminación de nevos que cambian rápidamente y son difíciles de observar. Los pacientes con síndrome de nevo displásico y sus familiares deben ser examinados periódicamente por un oncólogo.
Prevención
Se recomienda protección solar y suplementos regulares de vitamina D para pacientes con lunares atípicos. La mayoría de los nevos displásicos no se convierten en melanoma y permanecen estables durante mucho tiempo. Sin embargo, el mayor peligro lo representan los nevos atípicos progresivos y el síndrome del nevo displásico.
Si se detecta un lunar de rápido crecimiento, debe comunicarse con un dermatooncólogo para realizar un diagnóstico y determinar otras tácticas de tratamiento.