Algunos conductores tienen miedo de acelerar.
Estos conductores creen que conducir a baja velocidad es garantía de seguridad y economía de combustible.
Pero no tienen toda la razón.
Primero, bajo ciertas circunstancias, un vehículo que “apenas se mueve” puede crear una situación de conducción peligrosa.
En segundo lugar, la baja velocidad no garantiza en absoluto un consumo mínimo de combustible.
En tercer lugar, el abandono total de las altas velocidades afecta negativamente al coche y a algunos de sus sistemas. Surgen las siguientes dificultades:
sobrecalentamiento del motor
La conducción constante a bajas velocidades afecta negativamente al sistema de refrigeración.
El resultado puede ser un sobrecalentamiento de la unidad de potencia.
Hay falta de lubricación.
Conducir a bajas velocidades puede afectar la circulación del aceite del motor.
En este caso, surgirán graves problemas con el motor.
Aparecen problemas con la transmisión.
Si abandona por completo las altas velocidades, la presión sobre la transmisión puede aumentar. Como resultado, su condición se deteriorará rápidamente.
De esta manera, no tendrás que conducir a bajas velocidades todo el tiempo. Al mismo tiempo, no olvide la importancia de respetar el límite de velocidad, no exceder la velocidad permitida y evitar maniobras bruscas.
Para información
La velocidad es una cantidad física vectorial que caracteriza la velocidad de movimiento y la dirección de movimiento de un punto material en relación con el sistema de referencia seleccionado.