Imaginemos una situación: has elegido un coche en el mercado secundario que, a primera vista, no está nada mal.
No parece haber problemas graves con la unidad de potencia, la suspensión y otros componentes importantes.
Y el precio no es muy alto.
Parecería que en esta situación vale la pena comprar el vehículo.
Sin embargo, hay 3 señales “inofensivas” que indican la necesidad de negarse a comprar el coche en oferta.
Largo kilometraje
No compre un coche con un kilometraje muy alto.
Este indicador puede indicar desgaste de muchos componentes del vehículo.
Incluso si no hay problemas ahora, es posible que se hagan sentir en el futuro. Los trabajos de reparación serán muy caros.
Presencia de óxido
¿Ha comenzado el proceso de corrosión en la carrocería? Ésta es una razón para empezar a buscar otro coche. Al fin y al cabo, el vehículo propuesto no estaba bien cuidado.
Y no te fijes en el hecho de que sólo una pequeña zona está cubierta de óxido. Es posible que en algún momento este “territorio” comience a expandirse muy rápidamente.
Costo sospechosamente bajo
¿Has encontrado algún problema con tu auto usado? Al mismo tiempo, ¿el coche es muy barato?
Esto es algo en lo que pensar. Es posible que existan defectos graves de los que aún no hayas conocido.
Sin embargo, es posible que el vendedor no oculte nada, sino que simplemente quiera vender el coche lo antes posible por motivos personales.
Y, sin embargo, el bajo precio es motivo para volver a inspeccionar atentamente el coche y comprobar todos sus componentes.