Una persona se destruye a sí misma con la ayuda de malos hábitos y ya no necesita demostrarle a nadie qué está lleno de qué.
Pero a pesar de las pruebas irrefutables presentadas, la gente sigue haciéndose daño.
Por qué sucede esto: el personal de la Universidad de Nueva Gales del Sur lo descubrió utilizando un juego de computadora.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Los expertos dicen que abandonar los malos hábitos se justifica porque una persona no acepta la conexión entre las acciones realizadas y las consecuencias.
Para participar en el experimento, se reclutó a un grupo de voluntarios y se les pidió que jugaran un juego de computadora.
Había un episodio en el guión del juego, al activarse el jugador empeoró su situación.
Algunos jugadores descubrieron cómo evitar problemas. Los demás tuvieron que contarlo.
La mayoría de los jugadores mejoraron su rendimiento, pero quedó una categoría que, sabiendo las consecuencias negativas, siguió jugando, provocando malas consecuencias.
Los científicos llegaron a la conclusión de que esta categoría de personas tenía una tasa reducida de eficacia para aprender de sus errores.
Más a menudo caen en la trampa aquellos que consideran que las consecuencias no son obvias.
También existe la suposición de que bajo la influencia de emociones a corto plazo que dan los malos hábitos, las acciones se realizan de forma incontrolable.