La felicidad no es sólo una emoción, sino también el resultado de hábitos desarrollados a lo largo de los años que afectan nuestro estado psicológico y fisiológico.
El psicólogo Sambursky estudió los hábitos de las personas felices e identificó rasgos comunes que les ayudan a sentirse mejor y alcanzar sus objetivos. Éstos son algunos de ellos.
Gratitud. Las personas felices saben valorar lo que tienen, pero no se comparan con los demás ni se quejan del destino.
Es importante poder concentrarse en los aspectos positivos de la vida, reconocerse y elogiarse por sus logros. Apreciarte por la perseverancia, la perseverancia y los logros mejora tu estado de ánimo, aumenta tu autoestima y reduce tus niveles de estrés.
Optimismo. Las personas felices miran la vida con optimismo, no dicen “esto es un problema”, porque ven en cada dificultad una oportunidad de crecimiento y desarrollo.
Una gran habilidad para buscar formas de resolver problemas en lugar de darse por vencido y vaciar las preocupaciones. El optimismo ayuda a afrontar el estrés, fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la salud y prolongar la vida.
Superación personal. Las personas felices no se detienen ahí, sino que se esfuerzan constantemente por superarse. El aprendizaje permanente, el desarrollo profesional y la profundización de sus intereses lo ayudarán a tener confianza y disfrutar más de su trabajo y su vida.
Socialidad. Las personas son animales sociales y las personas felices no se limitan a comunicarse, disfrutan de mantener buenas relaciones con los demás, participan en eventos y actividades y comparten pensamientos y sentimientos.
La sociabilidad ayuda a fortalecer la conexión emocional, recibir apoyo, reducir la ansiedad y los sentimientos de soledad.
Estilo de vida saludable y conciliación vida-trabajo. Las personas felices cuidan su salud, hacen ejercicio con regularidad, intentan comer sano y dormir lo suficiente.
Lo más importante es que se dieron cuenta de que es una estupidez estar orgullosos de lo ocupados que están, por lo que con calma se permiten descansos y un descanso adecuado para recuperarse. Un estilo de vida saludable ayuda a mantener el bienestar físico y mental, liberar endorfinas, reducir el riesgo de enfermedades y mejorar la calidad de vida.
Además de estos hábitos generales, existen otros que pueden contribuir a la felicidad de una persona, dependiendo de sus características y necesidades individuales.
Equilibrio en tu vida sexual. El sexo no se trata sólo de placer físico, sino también de intimidad emocional que mejora las relaciones y la felicidad. Las personas felices no se avergüenzan de la sexualidad, sino que encuentran el equilibrio entre deseos y posibilidades, escuchan su cuerpo y su corazón.
El sexo no es un deber ni un medio para lograr un fin, sino una fuente de alegría y amor. El equilibrio en tu vida sexual ayuda a mejorar la autoestima, fortalecer tu sistema inmunológico, aliviar el estrés y mejorar tu estado de ánimo.
Suficiente tiempo para ti. Las personas felices no se olvidan de sus intereses y pasatiempos, que aportan alegría y significado a la vida.
Se toman tiempo para sí mismos y no se sienten culpables ni egoístas, sino que lo consideran una necesidad para su bienestar emocional. Hacen lo que les gusta: videojuegos, leer, música, dibujar, deportes, etc.
Dedicar suficiente tiempo a ti mismo te ayuda a relajarte, ganar energía, aumentar la creatividad y la satisfacción.
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