Es agradable despertarse el viernes. Sí, queda un día laborable más por delante, ¡pero es el último! Mañana será un fin de semana que te traerá relajación, satisfacción y emociones placenteras. Suena la preciada hora y ya puedes marcharte. ¡Esto es libertad! ¡Hurra!
No importa lo que pase el viernes por la noche, no importa el tiempo que haga, siempre y cuando no llamen desde el trabajo. Muchas personas se estremecen cuando escuchan sonar el teléfono, porque saben que las noticias de su jefe no auguran nada bueno. A veces tienes suerte y tus amigos quieren ofrecerte algo interesante, pero a veces la llamada adquiere un tinte lúgubre: el jefe...
Alguien dirá: no tienes que contestar el teléfono y luego decir una gran mentira. Es posible, pero las circunstancias ficticias tienden a terminar y las consecuencias del silencio son obvias. Por eso, una mano temblorosa responde al llamado y dice: “¡Hola!”
¿Qué necesita un jefe en horas no laborales? Por supuesto, haz un pedido... Sus variaciones son ilimitadas, desde las realmente importantes hasta la compra urgente de flores y coñac con entrega ultrarrápida en la oficina central. Vida personal - ¡no! Nuestro querido empleado no puede tenerlo. Siempre puedes confiar en él. ¡Oro, no hombre!
También es desalentador que no se puedan decir palabras en todos los ámbitos. En esos momentos, el jefe parlotea deliberadamente y luego cuelga rápidamente... ¿Qué debo hacer? ¿Qué tengo que hacer? El pedido debe cumplirse y rápidamente. Además es necesario avisar a familiares, amigos o padres que los planes están cancelados. No es una cuestión sencilla, ya que los familiares también sufren este "procesamiento". Escuchar sus reproches es incluso más duro que la charla del jefe. En casa aguardan escándalos, la vida personal no se está construyendo, el matrimonio se está desmoronando, los niños no ven a su madre/padre.
Tarde o temprano todo el mundo se cansará de semejante historia, afirma el psicólogo Stanislav Sambursky . Pasar las tardes solo mientras su ser querido vuelve a cumplir las instrucciones del jefe no es una buena perspectiva.
Entonces resulta que un hombre va a ver a sus amigos, bebe y está donde no debería estar. La mujer tampoco soporta la constante ausencia de su marido y va a divertirse. Los padres y amigos los “ayudan”, aconsejándoles que se divorcien, dejen todo y comiencen una nueva vida, porque ¿por qué estar con alguien cuyo trabajo es lo primero?
Esta situación es familiar para muchos. Y esto sucede por la incapacidad de proteger las propias fronteras. Siempre se sientan en el cuello de esa persona: es conveniente y beneficioso. Es importante señalar que esto no sucede de repente, sino sin problemas: aquí cedió, se dejó llevar aquí, fue presionado para sentirse culpable, etc. El manipulador nunca lanza una contraofensiva de inmediato. Primero, prueba el terreno, descubre cuán fuertes son los límites de su víctima potencial y solo entonces se sienta en su cuello.
Proteger los límites personales es una parte importante de una vida sana y feliz. Jefe, colegas, familiares: no importa quién esté invadiendo su libertad. Cuídala de inmediato.