Los científicos estadounidenses descubrieron durante un experimento que la razón de los caprichos de los niños no radica sólo en el deterioro o el mal carácter.
Hay muchas razones por las que un niño se pone histérico. Pero los padres tienen todas las herramientas necesarias para influir en su comportamiento.
Los empleados de la Universidad Estatal de Pensilvania han llegado a la conclusión de que los caprichos de los niños están determinados por su rutina diaria, o más precisamente, por la hora de acostarse.
Según una investigación publicada en el Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics, los niños deben acostarse a la misma hora todos los días.
Para llevar a cabo el experimento, los científicos reclutaron a un grupo de 143 niños cuyos padres se quejaban del sueño irregular y la alta impulsividad de sus hijos.
Los sujetos debían usar dispositivos especiales que registraban la hora a la que se acostaban, la calidad de su sueño y la hora a la que se despertaban.
Los niños cuyos padres los acuestan a la misma hora todos los días tienen menos probabilidades de ser traviesos.
Los científicos llegaron a estas conclusiones observando cómo los niños afrontan situaciones estresantes.
Según las observaciones, el sueño estable ayudó a controlar las emociones. El cambio de horario de 20 minutos resultó insignificante.
Pero si los niños se acostaban con dos horas de diferencia, se ponían histéricos con más frecuencia y era más probable que fueran groseros con sus padres.