Durante el período en que un niño se alimenta únicamente con leche materna o fórmula y luego cambia a alimentos complementarios, los padres suelen controlar de cerca su dieta.
Sin embargo, con la edad el control se debilita. Esto no debe permitirse: las pequeñas concesiones están plagadas de errores fundamentales en la organización de la nutrición de los niños.
Los postres son la misma comida. Puede comerlo por placer, pero no con frecuencia; no convierta el dulce en un incentivo que anime a su hijo a comer el plato principal.
No se pueden dar golosinas como recompensa ni privarlas a su hijo si es culpable: en tal situación, el bebé comienza a percibir los dulces como algo muy atractivo y sueña con conseguirlos.
Si a un niño se le diagnostica intolerancia a algún producto, por supuesto, no debe estar presente en su dieta.
Pero no deberías prohibir los dulces ni las patatas fritas; basta con controlar la cantidad que hay en la mesa de tu hijo.
Si tu hijo tiene un año, esto no significa que puedas darle de comer setas, alimentos grasos, dulces, picantes o encurtidos, comida rápida, refrescos, embutidos, etc.
Simplemente no podrá digerir todo lo que un estómago adulto puede soportar sin problemas.
Anteriormente te contamoscómo evitar criar a un niño para que sea un quejica.