Los niños necesitan más tiempo para descansar y recuperarse, por lo que es importante que los padres aprendan a enviar a sus hijos a la cama a tiempo.
No todos los niños perciben esta idea con entusiasmo.
Cualquier estudiante experimenta falta de tiempo para disfrutar plenamente de sus actividades personales. Por eso, intentan “restaurar la justicia” por la noche.
Cuando los padres se van a la cama, los niños pueden empezar a ver películas, explorar las redes sociales y jugar juegos de computadora. Como resultado, el niño experimenta falta de sueño y aumento de la fatiga.
Los expertos afirman que los padres deben asegurarse de que sus hijos tengan suficiente tiempo para sus pasatiempos.
Si los niños no experimentan el estrés físico y mental necesario, es posible que no sientan el deseo de irse a la cama a la hora adecuada.
Por tanto, conviene valorar el estilo de vida del niño.
Es muy posible que la situación se pueda resolver con la ayuda de paseos, lectura y actividad física ligera.