Algunos padres quieren enseñar a sus hijos a comer sano lo antes posible.
Y este deseo no tiene nada de malo, porque comer alimentos saludables es la clave para la salud.
Sin embargo, es evidente que algunas madres y padres van demasiado lejos y utilizan métodos bastante peligrosos.
Es popular un truco con una "dulce recompensa": los padres prometen obsequiar a su bebé con chocolate o pastel sólo si comen sopa, gachas y verduras.
Este enfoque puede tener consecuencias indeseables.
Con base en lo anterior, un niño que come alimentos no debe decir lo siguiente: “Solo obtendrás dulces si te comes el primero y el segundo”.
Por supuesto, al principio este método resultará eficaz. Un niño que quiere disfrutar de una tarta siempre terminará “a la fuerza” de comer los platos que odia.
Sin embargo, al final, el bebé se formará la siguiente valoración: “Lo dulce es sabroso, lo saludable es insípido”.
A medida que un niño o una niña crecen, nunca les gustarán las ensaladas de avena y verduras. Los dulces seguirán siendo una recompensa preciada para el niño, por lo que necesita comer algo poco apetecible.
No debes “sobornar” a tu bebé con dulces. En su lugar, debe intentar demostrarle a su hijo que las gachas de brócoli y trigo sarraceno siguen siendo sabrosas.
La opción ideal es tu propio ejemplo. Coma bien y disfrute de alimentos saludables, y luego su bebé repetirá lo mismo que usted.
Sí, este enfoque difícilmente puede considerarse simple. Pero es precisamente esto lo que te permite conseguir el resultado deseado y enseñar a tu hijo o hija a comer sano.
Sin embargo, no debes excluir por completo los dulces de la dieta de tu bebé. De vez en cuando, su hijo debe ser mimado con estas delicias.