Los dibujos animados pueden tener una variedad de efectos en un niño, y estos efectos dependen de muchos factores, incluida la edad del niño, el tipo de dibujos animados, el tiempo de visualización y la calidad de las relaciones familiares.
La psicóloga Yuliana Sultanova contó cómo los dibujos animados influyen en el niño.
Por ejemplo, las investigaciones han demostrado que los dibujos animados pueden ser útiles para el desarrollo del lenguaje y la enseñanza de normas y valores sociales.
También pueden ayudar a los niños a aprender sobre diferentes culturas y ampliar sus horizontes. De esta forma, los niños empiezan a acostumbrarse a que todos los personajes de dibujos animados son diferentes, pero esto no les impide hacer amigos y comunicarse.
Ver programas educativos desarrolla el pensamiento de los niños, porque después de ver una situación, los niños en condiciones similares pueden intentar repetir las acciones de los personajes.
Sin embargo, deja de mirar televisión si tu hijo tiene menos de 2 años. Según la Academia Estadounidense de Pediatría, es mejor interactuar directamente con este grupo de edad presentándoles experiencias de la vida real y estimulando su actividad física, comunicación e inteligencia emocional.
Algunos artículos vinculan el aumento de la violencia y la agresión con la visualización de dibujos animados.
Las series animadas modernas pueden contener tramas violentas que estimulan el comportamiento agresivo y reducen el nivel de responsabilidad social de los niños.
Esto es realmente posible, e incluso ver escenas crueles es peligroso debido a la aparición de pesadillas, miedos y ansiedad en la psique de un niño aún frágil.
Además, los dibujos animados pueden tener un impacto en la nutrición de un niño. Algunos estudios han demostrado que la publicidad con dibujos animados puede provocar preferencias alimentarias poco saludables en los niños.
En general, la influencia de los dibujos animados en un niño depende de qué dibujos animados ve, cuánto tiempo pasa mirando televisión y qué tan bien los padres procesan la información que reciben con su hijo, discutiéndola y reconociendo los valores invertidos por guionistas y directores.
Uno de los factores más importantes que los padres pueden controlar es la elección de los dibujos animados. Se recomienda elegir vídeos que desarrollen al niño y correspondan a su edad e intereses.
Además, los padres también pueden limitar el tiempo que sus hijos pasan frente a la televisión y discutir periódicamente lo que están viendo, haciendo preguntas para asegurarse de que el niño comprenda el contenido.
Pero, como siempre, cualquier información debe evaluarse cuidadosamente y adaptarse a la edad, características y necesidades de un niño en particular.