La psicóloga Yulia Vatutina contó cómo dejar de gritarle a un niño.
10.06.2023 19:50
Qué causa los gritos de los padres y cómo lidiar con ellos.
Para entender cómo dejar de gritarle a un niño, es necesario comprender las razones que obligan a los padres a empezar a gritarle.
Esta cuestión la analiza con más detalle la psicóloga, psicoterapeuta y entrenadora Yulia Vatutina.
Cada conflicto con los niños debe analizarse por separado, pero aún se pueden identificar varias razones universales:
Estrés y tensión. Los padres pueden estar estresados debido al trabajo, problemas económicos, preocupaciones personales u otros factores, lo que puede provocar una sobrecarga emocional y un aumento de la irritabilidad. En tales situaciones, pueden reaccionar incontrolablemente al comportamiento de sus hijos y empezar a gritar. Por lo tanto, combatir las causas de la irritación, por ejemplo, cambiar de trabajo, ayudará a reducir la tensión en la familia.
Malentendido. No son sólo los niños los que empiezan a comportarse mal para llamar la atención. Los padres también a veces muestran agresión si sus hijos no reaccionan ante ellos o no los comprenden. Piensan que si no pueden transmitirle un pensamiento al niño con calma, entonces gritar podría ayudar. Este es un error común.
Educación. Algunos padres pueden utilizar los gritos para mantener la disciplina. Creen que hablar en voz alta ayudará a los niños a comprender que están haciendo algo mal y que ese comportamiento no es aceptable. Pero una familia no es un ejército y una atmósfera tensa puede provocar un trauma infantil.
Falta de comunicación. Si los padres carecen de habilidades de comunicación efectiva o tienen dificultades para expresar sus sentimientos y necesidades, pueden recurrir a los gritos como forma de expresar su insatisfacción o desacuerdo. Por lo tanto, los padres deben dedicarse a la autoeducación: leer libros pedagógicos, realizar cursos de educación, etc.
Gritarles a los niños es una forma ineficaz y dañina de comunicarse. Los métodos más eficaces para interactuar con los niños son la conversación tranquila, el estímulo y el modelado de un comportamiento positivo.
¿Por qué no puedes gritar?
Gritar es una de las peores formas de interactuar con los niños. A continuación te presentamos algunas razones por las que no deberías gritarles a los niños:
daño psicológico: los gritos provocan ansiedad en los niños, pueden experimentar miedo, desconcierto y un sentimiento de inferioridad;
aprendizaje negativo: en materia de educación, gritar es contraproducente; los niños recordarán las emociones negativas asociadas a los gritos más que la esencia de lo que están hablando sus padres;
repetición de patrones de comportamiento negativos: los niños tomarán el ejemplo de sus padres y luego ellos mismos mostrarán agresión al comunicarse con sus compañeros, maestros, etc.;
deterioro de la comunicación: cuando un padre grita, los niños se vuelven más cerrados y menos receptivos a las palabras de los padres, por lo que ya no percibirán ni siquiera el habla tranquila.
En lugar de gritar, se recomienda utilizar métodos tranquilos y constructivos para interactuar con los niños.
Cómo dejar de gritar: estrategias efectivas
Dejar de gritarle a un niño no es un paso fácil para un padre irascible, pero es algo que debe hacer lo antes posible.
Aquí te damos algunos consejos que pueden ayudarte a controlar tus emociones y aprender técnicas de comunicación más efectivas:
Practica ser consciente de tus emociones. Trate de controlar sus emociones, identifique los catalizadores de la agresión hacia los niños. Comprender tus emociones te ayudará a controlarlas y a encontrar formas más constructivas de expresar tus sentimientos.
Búsqueda de estrategias alternativas. Piense en lo que puede influir eficazmente en su hijo, recuerde su infancia, sus primeras reacciones a sus palabras. En lugar de gritar, intente por el contrario, en el momento de un conflicto, cambie a un susurro. Para el niño, al menos, esto será inesperado, y al menos por eso comenzará a escuchar tus palabras.
Ponte en el lugar del niño. Trate de entender por qué empezó a portarse mal. Recuerda tu infancia, tus motivaciones, a veces estos recuerdos pueden abrirte los ojos a algunos patrones de comportamiento infantil.
Desarrollar estrategias para tranquilizarse. Aprender y practicar técnicas para reducir el estrés y gestionar las emociones. Por ejemplo, esto podría ser respirar profundamente, contar hasta diez o leer poesía.
Busque apoyo y ayuda. Si tiene problemas para dejar de gritarle a su hijo, hable con un psicólogo o consejero familiar que pueda ayudarlo a comprender sus emociones, enseñarle técnicas de comunicación más efectivas y ofrecerle apoyo para desarrollar una relación saludable con sus hijos.
Recuerde que cualquier agresión deja una huella en la psique del niño de por vida.
Y el niño, una vez madurado, luchará durante mucho tiempo con los resultados de métodos de educación efectivos, en opinión de los padres, con la ayuda de psicólogos.
De hecho, los niños responden mejor a una comunicación tranquila y significativa.