Todas las madres sueñan con un niño educado, exitoso, sano y feliz.
Irina Pronina, entrenadora de padres y adolescentes, contó cómo criar a un niño.
Y surge la pregunta: ¿cómo criar a un niño así? ¿Qué debe hacer una madre para asegurarse de que su hijo tenga buenos modales?
En primer lugar, es necesario comprender que no importa lo que haga la madre, el niño crecerá de manera muy similar a sus padres en comportamiento, hábitos, creencias y valores.
Porque hasta los 7 años, un niño, como una esponja, absorbe todo lo que observa en la familia y en su entorno. Y a la edad de 7 años ya ha formado patrones de comportamiento y reacciones a los estímulos circundantes.
Lo principal que debe recordar es que su hijo seguirá su ejemplo en todo, tanto en lo bueno como en lo malo. Y si desea cultivar alguna cualidad en un niño, primero que nada, debe evaluar qué tan desarrollada está esta cualidad en usted.
Para inculcar generosidad a un niño, la madre debe ser más generosa. Por ejemplo, llévele a su hijo un vaso de agua cuando esté ocupado con algo.
Si la madre tiene poco tiempo para su familia y le apasiona lo que ama, esto beneficiará al niño, ya que aprenderá que luchar por su sueño es bueno. Si una madre se sacrifica constantemente, entonces no es un muy buen ejemplo a seguir.
También es importante comprender que la fe de los padres en el niño juega un papel importante. Si una madre o un padre consideran que su hijo es mediocre y sin talento, entonces al niño no le quedará más remedio que demostrarlo. Porque los niños no pueden resistir las expectativas de sus padres.
Si, por el contrario, la madre cree que el niño logrará mucho en la vida y lo trata como capaz, incluso si no siempre demuestra cualidades especiales, entonces ese niño está condenado al éxito.
Lo más importante en la interacción entre padres e hijos es crear para el niño una atmósfera de amor, cuidado, afecto y comprensión. Sólo en este caso los niños desarrollan un sentimiento de total seguridad y crean el entorno más favorable para su desarrollo.
Siguiendo esta regla, los padres deben permitir que sus hijos cometan errores, exploren el mundo y saquen conclusiones de los errores. Al mismo tiempo, es importante centrarse en los logros del niño y no en los fracasos. Todos los comentarios no deben hacerse con reproche, sino en una atmósfera general de aprobación.
La regla general es que después de corregir a su hijo una vez, debe reconocerle que hizo algo bien tres veces. Esto inculcará en el niño un sentido de confianza y autoestima.
Los investigadores concluyeron que para el desarrollo de un niño lo importante no es tanto la inteligencia y las calificaciones de los adultos, sino una actitud cálida, atenta e interesada: una estrecha conexión emocional. Y no es necesario interrumpir esta conexión con castigos y amenazas.
Por supuesto, sucede que una madre se cansa porque los niños requieren atención constante. Y entonces la madre puede pensar que el niño está acosando o que su comportamiento es una acción deliberada.
Es importante prestar atención a la aparición de este sentimiento. Este es un marcador de la transición a un estado parental inadecuado: tan pronto como nos parece que "hizo esto a propósito", es una señal de que necesitamos una pausa. Los padres necesitan descansar y reponer recursos.
La comunicación con un niño es una interacción en la que tanto la madre como el niño se influyen mutuamente y, con la comprensión adecuada, se desarrollan mutuamente. Si algo en el comportamiento del niño pone nerviosa a la madre, es una señal de que necesita trabajar en sí misma en esa dirección.
Los niños siempre nos muestran nuestros problemas más profundos.
Y si los padres están más atentos a sus hijos, notando y descifrando correctamente sus mensajes, entonces resultará evidente que los niños tienen un poder enorme y son capaces de hacernos mejores.