En circunstancias normales, los gatos no rechazarán la comida a menos que se sientan completamente llenos.
En otros casos, esto puede ser una señal de que algo malo le está pasando a la mascota o que algo le molesta. Esto es en lo que todo dueño de un gato debería pensar en una situación así.
Los expertos identifican 5 casos en los que un gato puede rechazar su comida favorita.
Esto es posible si el gato cambió a un alimento nuevo o se vio obligado a ponerse a dieta debido a una enfermedad.
Esto se debe a que puede sentir malestar o la comida puede provocarle vómitos. En este caso, se recomienda introducir progresivamente el nuevo alimento en la dieta del gato y dárselo en pequeñas porciones.
Negarse a comer puede ser síntoma de una enfermedad infecciosa, intoxicación, insuficiencia renal u otras enfermedades.
Si tu gato no come durante varios días, debes contactar con tu veterinario para su diagnóstico y tratamiento.
El estrés puede provocar una disminución del apetito de su gato. Puede deberse a una mudanza, un cambio de ambiente, la llegada de un nuevo animal a la casa u otros factores.
En este caso, se recomienda brindarle al gato condiciones de vida cómodas y darle tiempo para adaptarse.
Un gato puede negarse a comer debido a problemas dentales como sarro o caries. En este caso, conviene llevar al gato al veterinario y que le limpien los dientes.
Un gato puede tener sus propias preferencias alimentarias. Algunos animales prefieren sólo alimentos secos, mientras que otros prefieren sólo alimentos enlatados.
Si tu gato rechaza un determinado alimento, puedes intentar sustituirlo por otro alimento y aumentar poco a poco su cantidad en la dieta.