A Hosta no se le puede llamar una planta caprichosa, por lo que si la flor adquiere un aspecto letárgico, entonces es hora de hacer sonar la alarma.
Lo más probable es que la cultura necesite uno u otro elemento, opina Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación online BelNovosti, agrónoma y paisajista.
Se puede decir que la hosta necesita nitrógeno por las hojas de la hosta que se han vuelto amarillas, crecen débilmente y tienen una apariencia pálida.
Por cierto, puedes notar el color amarillento no solo en el follaje, sino también en los tallos. Y en este caso, no se debe esperar un crecimiento joven.
En este caso, las hojas se apresuran a entrar en la etapa de marchitamiento, se enrollan y caen al suelo una a una.
Si la situación es crítica, aparecen manchas en la planta. Una hosta debilitada se vuelve especialmente vulnerable a plagas y enfermedades.
Vale la pena aplicar fertilizantes que contengan fósforo cuando la masa verde se oscurece y los tallos ya no pueden presumir de su elasticidad anterior.