Este componente aporta pocos beneficios y las consecuencias pueden causar muchos problemas.
Muchos veraneantes arrojan los residuos orgánicos al abono. Pero este enfoque es un error.
Un solo componente convertirá el valioso fertilizante en un “veneno” para el lugar y las plantas. Como beneficio adicional, también atrae plagas.
El pan viejo no debe utilizarse como fertilizante. Hay dos razones principales por las que es mejor no hacer esto.
El pan sobrante es un cebo excelente para roedores y numerosos insectos. Tendrás que proteger tu casa de campo de ratones, ratas, musarañas, hormigas y otros seres vivos.
El pan se enmohecerá, creando excelentes condiciones para el desarrollo de hongos. Después de usar dicho abono, también tendrás que combatir las enfermedades.
El segundo problema es relevante para el compost, que se prepara en poco tiempo y no se pudre durante seis meses, un año o más.