Los jardineros están asombrados por el fenómeno de los pepinos torcidos y amargos.
Los frutos deformes en los parterres del jardín no evocan deleite ni deseo de seguir cultivándolos.
Si se enfrenta a un problema de este tipo, no se apresure a sacar los pepinos y tirarlos; hay una manera que le ayudará a afrontar este problema;
Y esto es lo que debe hacer: recuerde 3 reglas.
Si sus pepinos parecen ganchos, se vuelven más pequeños, amargos y crecen mal, entonces el problema es la falta de nutrición.
Los pepinos pueden carecer de potasio, lo que hace que la piel se vea amarilla y que adopten la forma de pera.
La situación se puede corregir preparando una solución de ceniza: 500 gramos de ceniza por cada diez litros de agua.
Alimentamos los pepinos con el producto preparado, añadiendo aproximadamente 1 litro a la raíz.
Es útil aplicar fertilizantes con nitrógeno si las hojas del pepino se vuelven blancas y más pequeñas.
Otra razón que afecta el crecimiento de los pepinos es hacerlos amargos y antiestéticos.
Si el régimen de riego no cumple con las reglas para el cuidado de los pepinos, su sabor se verá muy afectado. Las verduras se volverán duras y sin sabor.
Los pepinos toleran mal los cambios bruscos de temperatura. Reaccionarán bruscamente adelgazando en el medio de la fruta y no se puede evitar la curvatura.
Para evitar esto, se utiliza spunbond o mulching, que ayudará a proteger los pepinos del frío.
Además, la proximidad inadecuada y la recolección inoportuna pueden afectar la hermosa apariencia y salud de los pepinos.