Las cebollas crecen bien en suelos arcillosos, franco arenosos y de turba cultivada, y exigen luz y humedad del suelo.
Las cebollas tienen los requisitos mínimos, como la mayoría de las plantas cultivadas. Sin embargo, hay un error de cálculo que hace que se vuelva amargo, como un rábano.
Los mejores predecesores de las cebollas son los pepinos, los tomates, las patatas, las zanahorias, el repollo y los frijoles.
A veces, los veraneantes piensan que el suelo no es lo suficientemente bueno para las cebollas, por lo que añaden superfosfatos adicionales.
Una mayor dosis de fertilizante no traerá ningún beneficio, solo empeorará la situación. Por lo general, el amargor excesivo aparece debido a la sequía y al sol demasiado "malo". En tales condiciones, se acumulan en el bulbo más sustancias responsables del amargor.
Para obtener un sabor más suave, es necesario organizar el cuidado adecuado de la verdura. En particular, si el clima es seco, riegue las cebollas una vez cada 1 o 2 días para que la tierra no se seque por completo. Esto juega un papel importante durante el período de maduración del fruto.