Con la edad, el cuerpo cambia y lo que antes pasaba sin consecuencias puede empezar a afectar el bienestar y la salud.
La nutrición después de los 45 años requiere una atención especial y algunos alimentos deben limitarse o excluirse por completo de la dieta.
Las grasas trans, que a menudo se encuentran en la comida rápida, los productos horneados y la margarina, pueden aumentar el nivel de colesterol "malo" y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Después de los 45 años, cuando aumenta el riesgo de estas enfermedades, conviene controlar con especial atención la composición de los productos y evitar las grasas trans.
El consumo excesivo de azúcar que se encuentra en los dulces, las bebidas carbonatadas y los jugos puede provocar un aumento excesivo de peso, diabetes tipo 2 y otros problemas de salud.
Después de 45 años, cuando el metabolismo se ralentiza, el cuerpo se vuelve más sensible al exceso de azúcar.
La comida rápida, los alimentos procesados, los snacks, las patatas fritas, las galletas saladas, contienen muchas grasas no saludables, sal, azúcar y pocos nutrientes.
El consumo frecuente de estos alimentos puede afectar negativamente a la digestión, provocar exceso de peso y otros problemas.
Después de 45 años, el cuerpo se vuelve menos resistente a ese estrés.
Las salchichas, las salchichas y los productos ahumados contienen mucha sal, grasas y conservantes.
Su uso frecuente puede afectar negativamente el funcionamiento del sistema cardiovascular y provocar retención de líquidos en el organismo. Después de 45 años, es mejor dar preferencia a la carne natural.
El exceso de sal puede provocar un aumento de la presión arterial y retención de líquidos en el cuerpo. Después de los 45 años, cuando aumenta el riesgo de desarrollar hipertensión, conviene intentar reducir el consumo de sal.
Los refrescos azucarados contienen mucha azúcar y calorías vacías. No aportan ningún beneficio al organismo y pueden provocar aumento de peso y otros problemas. Después de 45 años, es mejor dejar de usarlos.
La mayonesa, las salsas grasas, contienen mucha grasa y calorías. Su consumo en grandes cantidades puede provocar un aumento excesivo de peso y un aumento de los niveles de colesterol. Después de 45 años, se deben preferir aderezos para ensaladas más ligeros.
Los alimentos fritos contienen mucha grasa y carcinógenos. Su consumo frecuente puede afectar negativamente a la digestión y a la salud en general. Después de 45 años, es mejor preferir platos hervidos, guisados y horneados.
El exceso de cafeína puede provocar nerviosismo, insomnio y problemas cardíacos. Después de 45 años, conviene limitar el consumo de café, té fuerte y bebidas energéticas.