Durante mucho tiempo se ha creído que la eficacia de una dieta depende del tipo de sangre, por lo que es necesario elegirla en consecuencia.
¿Qué es realmente? Un mito o una verdad, dijeron los científicos después de realizar una investigación relevante.
Los investigadores afirman que las dietas que se basan en el tipo de sangre no son efectivas.
Se empezó a hablar de esto por primera vez en los años 90.
A los partidarios de este concepto se les pidió que siguieran una dieta y una dieta determinadas.
Por ejemplo, a los pacientes del grupo sanguíneo I se les recomendó una dieta basada en plantas, mientras que al grupo sanguíneo II se les recomendó comer carne.
La teoría fue refutada después de estudios en los que participaron 200 voluntarios.
Todos ellos eran personas con sobrepeso.
Como parte del experimento, todos los participantes del estudio perdieron entre 5 y 7 kg, manteniendo su estilo de vida habitual.
El tipo de sangre no tuvo ningún efecto sobre los resultados.
Como resultado, los científicos llegaron a la conclusión de que las afirmaciones sobre la relación entre la dieta y el tipo de sangre son falsas.
Según los últimos datos, los alimentos vegetales son beneficiosos para todos, sin excepción, independientemente de la composición de la sangre.