Qué malos hábitos alimentarios vienen desde la niñez: te persiguen en la edad adulta

14.03.2024 09:35

No nos equivocaremos si decimos que más de la mitad de los hábitos alimentarios pasan de la infancia a la edad adulta.

Una parte importante de ellos puede calificarse de nocivos e incluso peligrosos.

Sabroso - no sabroso

La comida es una de las fuentes de placer más importantes de nuestras vidas. La mayoría de los alimentos que consideramos sabrosos contienen sal, azúcar, especias y otros potenciadores del sabor (dulces, comida rápida, frituras, bebidas carbonatadas, etc.). Distorsionan el verdadero sabor de los alimentos, estimulan las papilas gustativas, lo que nos hace querer comer cada vez más.

Los alimentos verdaderamente saludables no tienen un sabor distintivo, pero te sacian mucho más rápido, por ejemplo, el requesón, el trigo sarraceno, la avena, los huevos y el pollo.

Comer a la carrera

Cuando somos niños, a menudo comemos sobre la marcha o de forma irregular porque nuestra vida es dinámica y está llena de eventos y juegos, y nuestro metabolismo está acelerado. A medida que envejecemos, la situación cambia: tenemos menos tiempo, tenemos prisa y pereza y cambiamos nuestro ritmo biológico. El resultado es una alimentación irregular, comer en exceso o pasar hambre.

Hamburguesa
Foto: © Belnovosti

Otro peligro de comer apresuradamente es consumir alimentos preparados en una tienda o cafetería, que contienen cantidades excesivas de sal, azúcar y grasas, lo que puede afectar negativamente a nuestra salud y apariencia.

Comida abundante

De niños nos enseñaron a comer el primer plato, luego el segundo y el tercero, y también a nuestros padres y abuelos. Esto estaba justificado porque nuestro cuerpo estaba creciendo, el metabolismo era rápido y las calorías no se acumulaban, sino que se quemaban.

En la vida adulta ocurre lo contrario: tenemos poca actividad diaria, metabolismo alterado y, a veces, episodios de pereza, por lo que la cantidad de calorías entrantes debe limitarse estrictamente y la ingesta de alimentos debe realizarse de acuerdo con un horario. Deberíamos comer sólo cuando tengamos mucha hambre y no “en reserva”.

síndrome de langosta

Los niños tienden a comer todo lo que encuentran a su alcance y saltan fácilmente de un tipo de comida a otro, por ejemplo, primero sopa y luego chocolate. O helado después de salchicha.

Tal omnívoro le juega una broma cruel a un adulto: ralentiza la digestión de los alimentos y provoca que los alimentos se pudran y fermenten en el estómago, lo que provoca flatulencias, dolor, pesadez y malestar.

Los adultos necesitan comer comidas pequeñas y evitar combinaciones de alimentos que ralenticen la digestión.

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Autor: Elena Shimanovskaya Editor de recursos de Internet.

Contenido
  1. Sabroso - no sabroso
  2. Comer a la carrera
  3. Comida abundante
  4. síndrome de langosta