Para que los productos alimenticios beneficien al cuerpo, no solo es necesario estudiar cuidadosamente la composición.
Es importante conocer la compatibilidad de determinados ingredientes que, combinados con productos indeseables, resultan nocivos. Incluso el requesón puede ser perjudicial para el organismo.
Los expertos nos dicen con qué no se puede comer requesón para no dañar la salud.
Con frutas ácidas (principalmente cítricos), el requesón puede provocar malestar estomacal y dificultades digestivas.
Tampoco se recomienda consumir plátanos y uvas con requesón. Contienen muchos azúcares, lo que puede provocar fermentación en el estómago y formación de gases.
La leche y el yogur natural junto con el requesón pueden sobrecargar el estómago, lo que a su vez conlleva una serie de complicaciones, especialmente si se es intolerante a la lactosa.
Esto se aplica a la mayonesa, la mantequilla o la margarina, que pueden provocar un aumento del nivel de colesterol malo en la sangre. El sistema cardiovascular no escapará a las consecuencias.
Los productos horneados, galletas, pasteles con requesón y azúcar provocarán un aumento de los niveles de azúcar en sangre. Las consecuencias pueden ser muy negativas.
Comer requesón después de carnes grasas puede provocar sensación de pesadez en el estómago. Y después del pescado salado, el metabolismo puede empeorar.
Al mismo tiempo, el requesón se combina con bacalao, perca o abadejo.
En este caso, la digestión se ralentiza y se producen molestias estomacales.
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