Muchas familias tienen la tradición de llevar una jarra de agua a la cena o al almuerzo para que todos tengan agua limpia a mano.
Muchos restaurantes hacen lo mismo.
Durante mucho tiempo nadie vio en esto nada de “criminal”. Sin embargo, hace varios años se empezó a discutir activamente el posible daño de tal hábito.
Los defensores de la nueva teoría argumentan que beber durante las comidas puede ser perjudicial para el sistema digestivo.
Los expertos señalan que mucho dependerá del tipo de plato que comas. Los alimentos pesados y sin líquido tardarán mucho en digerirse y no serán fáciles, lo que puede generar sensación de malestar en la zona abdominal.
Sin embargo, esto le permitirá deshacerse de la sensación de hambre durante un largo período de tiempo si el proceso de pérdida de peso es importante para usted.
En este caso, el agua puede simplemente acelerar el proceso de digestión, haciéndolo lo más cómodo y rápido posible.
Sin embargo, al comer los primeros platos, conviene rechazar el agua: no es necesaria.
Es importante entender que no se deben beber grandes cantidades de agua durante las comidas. 150 ml para el almuerzo o la cena serán suficientes.