En el caluroso verano, aparecen melones y sandías en las mesas. Estas jugosas frutas, con su suave dulzor y jugosidad, son capaces de refrescar y refrescar en un momento caluroso. Pero a la hora de elegir entre estos dos melones y sandía, empiezan a surgir muchas dudas.
Lyudmila Artyushkevich, médica del centro médico HappyDerm, mencionó varias diferencias principales y destacó hechos importantes que es importante conocer.
Las personas se dividen en tres tipos:
Para comprender qué es realmente más saludable y sabroso, es necesario hacer comparaciones teniendo en cuenta parámetros importantes.
El melón y la sandía contienen aproximadamente un 90% de agua (la sandía contiene un poco más de agua que el melón). Ambas frutas son bajas en calorías.
Tanto el melón como la sandía son ricos en vitaminas, minerales, aminoácidos y fibra. El melón contiene dos veces y media más fibra que la sandía.
La sandía contiene el valioso antioxidante licopeno, mientras que el melón contiene aproximadamente cuatro veces más vitamina C.
Se debe observar moderación. La cantidad óptima para consumir a la vez no es más de 200 g. Superar esta norma puede tener consecuencias desagradables: la sandía tiene un efecto diurético y el melón puede tener un efecto laxante.
Enjuague bien el melón o la sandía de antemano. Después de cortarlos, guárdelos en el refrigerador por no más de un día.
Evite combinar melón o sandía con:
Si el sistema digestivo está en orden, se pueden hacer excepciones a las reglas. Por ejemplo, los gourmets pueden preparar una ensalada con sandía y queso feta, un batido de melón y pomelo o una combinación de melón y jamón.
La mejor forma de disfrutar la sandía o el melón es agregándolos a tu dieta como snack. Ambas frutas se digieren rápidamente: sandía en 20 minutos, melón en 30 minutos.