En la búsqueda de una figura esbelta, quienes adelgazan recurren no solo a dietas y ejercicio, sino también a métodos auxiliares.
Estamos hablando, como ya habrás adivinado, de medicamentos especialmente creados, cuyo objetivo es reducir el apetito.
Contienen una sustancia llamada sibutramina.
Realmente puede tener un efecto en el cerebro, inhibiendo las partes responsables de la sensación de hambre.
Sin embargo, nadie está asegurado contra la aparición de efectos secundarios, de los cuales, por cierto, hay muchos.
Estos incluyen insomnio, crisis nerviosas, taquicardia, náuseas, dolores de cabeza intensos y más.
Pero ésta ni siquiera es la principal desventaja. La desventaja de estos medicamentos es que no se puede controlar el apetito una vez finalizado el tratamiento.
Esto significa que si logra perder peso mientras toma medicamentos, los kilos de más amenazan con regresar inmediatamente después de finalizar el curso.