La mayoría de la gente comienza el día con una aromática taza de café. Pero, ¿qué pasa si después de preparar la bebida resulta “aguada”?
Por lo tanto, vale la pena comprender qué podría estar causando este problema.
Uno de los factores más comunes que afectan la consistencia del café es la proporción incorrecta de café y agua al prepararlo.
Demasiada agua en comparación con los granos de café puede dar como resultado una preparación acuosa.
La calidad de la molienda de los granos de café juega un papel decisivo en el sabor final del café. Si el molinillo de café no funciona correctamente o los granos se muelen demasiado grueso, no podrás preparar una bebida sabrosa.
También es importante la temperatura del agua a la hora de preparar el café. Si el agua se hierve durante demasiado tiempo, es posible que solo se extraigan algunos de los sabores de los granos de café, lo que da como resultado una infusión más aguada.
La calidad de los granos de café utilizados es igualmente importante. Los granos viejos pueden perder su sabor y aromas, lo que da como resultado un café más aguado incluso cuando se prepara correctamente.
Tampoco es raro que los granos de café simplemente comiencen a "esfumarse" con el tiempo. Los granos deben almacenarse en un recipiente hermético y la molienda debe usarse inmediatamente.
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