La mitad del éxito en la preparación para el invierno reside en la calidad de las tapas. Sí, puede haber una máquina defectuosa, un frasco con una astilla en el cuello, verduras de mala calidad, pero todo esto se puede prever.
Con las tapas no es tan sencillo. Las amas de casa dicen que aquí hay algún secreto.
Hay tapas de estaño de rosca (giratoria), termo (plástico o nailon), de vacío y también de estaño con cierre.
Estos últimos se utilizan con mayor frecuencia y son de los que hablaremos.
En primer lugar, hay que considerar el tipo de conservación.
En segundo lugar, la vida útil.
En tercer lugar, el estado de procesamiento de la pieza (esterilización o pasteurización).
1. Es necesario consultar sobre la presencia de una capa protectora de barniz en el interior y el exterior. Si se trata de un producto de hojalata sin dicho recubrimiento, la tapa se oxidará. Estas tapas no se pueden utilizar para productos que contengan ácido, para sellar legumbres y carne enlatada.
2. Un producto recubierto de barniz debe ser químicamente resistente:
3. La parte cóncava del campo debe ser elástica y doblarse sólo cuando se aplica fuerza. Después de esto, la tapa debería tomar su forma original.
4. No olvides la junta tórica de goma. No debe estar torcido, sobresalir por debajo del costado ni tener bucles u otros defectos.
Además, no olvide que incluso las tapas de la más alta calidad no garantizan resultados del 100% si utiliza una clave incorrecta.