Incluso una sartén de hierro fundido querida y confiable puede resultar frustrante con el tiempo. Pero, ¿qué pasa si no quieres tirar este y comprar uno nuevo, pero no puedes cocinar en una sartén?
Hay varios secretos de amas de casa experimentadas que ayudarán a salvar los platos.
Al mismo tiempo, todo es sencillo y lo más económico posible.
Primero, caliente la sartén a fuego medio y luego vierta sal de mesa en una capa gruesa (hasta 1 cm).
El producto a granel debe calentarse durante unos 20 minutos; periódicamente se recomienda remover el contenido de la cacerola.
Una vez que la sal se haya enfriado, se puede retirar. Luego, los utensilios de cocina se deben enjuagar con agua corriente y luego se debe repetir el procedimiento con sal.
Luego debes lubricar generosamente la superficie con aceite de girasol. En este caso, es necesario tocar no solo el fondo, sino también las paredes. No es necesario retirar el producto inmediatamente, ya que es necesario añadir un poco de aceite y calentarlo durante tres minutos a fuego lento.
Luego se debe quitar el aceite y limpiar el aceite restante con una toalla de papel.
De este modo, la sartén de hierro fundido vuelve a estar lista para su uso. La comida ya no se quemará.